Desconecta en un precioso hotel de Tarancón con acceso a su zona wellness

Una buena opción para desconectar de la rutina y cambiar de aires, es sin duda, rodearse de campo y pueblos en un contexto rural. Y aquí entra en juego el Ansares Hotel, un establecimiento 4* que une diseño y amor por la tradición culinaria de Tarancón, un tranquilo municipio en la provincia de Cuenca cargado de Historia. Este hotel te sorprenderá por la cuidada decoración de los interiores. Desde los arcos y columnas de la recepción, hasta el bar y el resto de zonas comunes, todo está embellecido por muebles en madera y lámparas modernas que aportan mucha personalidad. Por supuesto, el bar te espera para tomar una copa de vino, una cerveza o un cóctel en cualquier momento del día. ¿Te apetece picar algo? Pide sus famosos torreznos, o elige cualquier otro platillo... ¡Seguro que te encantará! La buena comida es uno de los pequeños placeres de la vida... y en el Ansares Hotel lo saben. De hecho, su propuesta gastronómica no te dejará indiferente. Apuestan por ingredientes locales y de primera calidad para elaborar platos de referencia, como los ibéricos y la chuleta de vaca vieja. El descanso está garantizado en cualquier tipología de habitación que elijas. Por la combinación de diseño y servicios de última generación, te encontrarás con cuartos bien cuidados en cada detalle. Al despertar, después de recargar las pilas con el delicioso desayuno, solo te queda decidir qué visitar. Es imprescindible recorrer las calles de Tarancón, donde se conservan restos y monumentos romanos, barrocos y góticos. ¡Un verdadero museo a cielo abierto! Y si te apetece descubrir la región, acércate a Cuenca, la arquitectura del casco antiguo fortificado te fascinará. ¿Prefieres los parajes naturales? Visita entonces la Serranía de Cuenca, un espacio privilegiado donde podrás ver ríos, hoces, barrancos, la Ruta de las Caras, etc. Y si te animas a traerte unos prismáticos, puede que hasta consigas ver algún oso pardo, cabras montesas, ciervos e infinitas especies de aves. Castilla-La Mancha es la tierra del Quijote, ¡y de mucho más!