Nuestros clientes definen su estancia como si hubieran estado en la elegante, íntima y acogedora mansión con una finca de 1 Ha de terreno rodeada por el río que atraviesa la ciudad. El agua está presente en todos los rincones, incluso en los canales de piedra que atraviesan el interior del antiguo edificio del S XVIII que fue una enorme fábrica-molino de papel. La finca y su entorno son un sueño para los amantes del descanso y la relajación.
Un edificio energéticamente sostenible con los últimos adelantos de energías renovables.
La decoración irradia calidez combinando antigüedades y piezas contemporáneas. Todas las habitaciones son diferentes y personalizadas, exteriores, luminosas y dotadas con camas mullidas, cálidos edredones de plumón y suaves sábanas de algodón egipcio. Y para los que buscan el máximo confort, las tres suites del hotel, con una superficie de más de 100m², disponen de amplios salones, un despacho y jacuzzi en el cuarto de baño.
Para descubrir la cocina del territorio, el Restaurante Filigrana constituye una apuesta por una cocina contemporánea de base tradicional y de kilómetro cero con en recetas típicas gallegas renovadas por la técnica y la creatividad.”
Completa la experiencia relajante su spa, un oasis de calma con una carta de terapias, con una cuidada selección de las mejores marcas de cosmética natural y de lujo para masajes y tratamientos. El circuito spa, bajo un techo acristalado contiene todo para una experiencia de hidroterapia.